Las Escuelas Superiores de Enseñanzas Artísticas asisten a un panorama de cambios educativos internos muy intensos. Tras la retirada del título de grado en 2010, la oferta de estos estudios aparece rápidamente en nuevos centros universitarios. El mundo de la música se posiciona como gran perjudicado. Las distintas vías de actuación y el futuro laboral de los conservatorios superiores en España son un reflejo de lo que está ocurriendo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
El Real Conservatorio Superior de Madrid (RCSMM) está ubicado en la plaza de los Mostenses, en pleno centro de Madrid. Un edificio que antaño fue un pabellón anexo al Hospital General de Atocha y que ahora guarda tras sus muros muchas historias como institución educativa.
Tras la renuncia consecutiva de dos equipos directivos en menos de tres años, el conservatorio lucha por salir de un tumulto de problemas administrativos que dificultan su actividad. Entre ellos, su integración en el grupo de centros de enseñanza secundaria y régimen especial y no en el de centros de enseñanzas universitarias como correspondería a los estudios superiores que en él se imparten. «No tenemos autonomía organizativa ni de gestión, dependemos fundamentalmente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid que nos trata, en muchos aspectos, como si fuésemos un instituto de educación secundaria» comenta el Vicedirector del centro, Víctor Pliego.
La lucha fallida por la exclusividad del grado
Con la llegada del Plan Bolonia, las universidades tienen la posibilidad de impartir grados de enseñanzas artísticas (Música, Diseño, Arte dramático, Restauración, etc.) al igual que los centros que hasta ahora vienen impartiendo estas enseñanzas. Esta nueva opción educativa no gustó mucho a la Asociación de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas (ACESEA) que decidió tomar la vía judicial para solicitar la exclusividad de estos grados artísticos. Esta petición de exclusividad fue muy mal recibida por las Universidades que, a su vez, también solicitaron la exclusividad de emitir títulos de grado sólo para el ámbito universitario. Finalmente, el día 13 de Enero de 2012 el Tribunal Supremo dictó una sentencia anulando el derecho de otorgación del título de grado a los Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas.
El Título Superior de Música del conservatorio superior madrileño equivale a todos los efectos al título de grado
El miedo a perder alumnado y desaparecer como centros especializados en artes supuso también el fin de la titulación unitaria para los estudiantes que, desde el 2014, no terminan la carrera ni como licenciados ni como graduados. Actualmente, cada conservatorio superior emite su propio título. Pero con la entrada en vigor de la LOMCE, el Título Superior de Música del Conservatorio superior madrileño equivale, según el artículo 43, a todos los efectos al título de grado. Esta equivalencia también terminó siendo aclarada en el Real Decreto 96/2014 que modifica el Marco Español de Cualificaciones para Educación Superiores (MECES) y reconoce los títulos de grado y máster a aquellos estudios universitarios de al menos 300 créditos ECTS.
La única manera de poder ofertar un grado sería vinculándose a una Universidad. En el RCSMM hubo tímidas intenciones de adhesión por parte de la Universidad Politécnica e incluso de la Autónoma.También existieron contactos con la Universidad Rey Juan Carlos I y la Carlos III pero, con el cambio de directiva en 2013, estas conversaciones se pararon. «El RCSMM no se plantea el paso hacia la Universidad por tres razones: Miedo del profesorado a perder garantías laborales; falta recursos técnicos y humanos; Ni el Ministerio de Educación, ni la Comunidad de Madrid, consideran en absoluto como urgente regular esta opción» explica José Cumbreras, exalumno y exPresidente de la Asociación de Alumnos del RCSMM.
Creación de la 'Universidad Madrileña de la Música'
Actualmente, la junta directiva rechaza por completo la anexión a ninguna Universidad y plantea planes mucho más ambiciosos para el Centro: la conversión del Conservatorio en la Universidad Madrileña de la Música. «Este proceso supondría dotar al centro del mismo estatus organizativo con el que cuentan las Universidades dentro de un mismo espacio europeo. Tendríamos autonomía académica, organizativa y de gestión, plena capacidad investigadora, programas de doctorado, sistemas de evaluación y acreditación… Siempre preservando la experiencia y tradición de nuestra institución» explica Pliego.
Más de 90 docentes en comisión de servicios 'de larga duración'
Pero llevar este plan adelante es un proceso complicado que choca de lleno con el segundo gran problema del Centro: el estatus del profesorado, las plazas docentes fijas y la escasez de cátedras. De 140 profesores, sólo treinta son catedráticos y otros catorce son profesores titulares con plaza fija. Los 96 profesores restantes se encuentran en el centro en ‘comisión de servicios’. Esta situación especial se concede a docentes que tienen su plaza fija en otros conservatorios de enseñanzas profesionales, y piden un ocupar una plaza vacante para impartir clase en otro centro (en este caso Atocha) por un período máximo de un año, prorrogable a otro año más. Pero en el RCSMM existen numerosas comisiones que han sido prorrogadas por más de 15 años. «Lo que ocurre en el RCSMM con las comisiones de servicio es común a la práctica totalidad de todos los conservatorios superiores en España» comenta Cumbreras.
Las vacantes de las comisiones de servicio son cubiertas por interinos que no cobran durante el verano, no acumulan antigüedad y se les puede reducir la jornada a voluntad
Vicente Martínez, profesor de flauta travesera en comisión de servicios explica que el problema viene de mucho antes: «Cuando la LOGSE fue promulgada en 1993, se dejó sin regular el acceso a cátedra para el cuerpo de profesores agregados. Desde entonces se han ido cubriendo las vacantes con profesores en comisión de servicios».
Desde la Vicedirección explican que la situación es insostenible, «llevamos años reclamando a la Administración que nos dé una solución para estabilizar la plantilla docente».
La práctica abusiva de las comisiones de servicios ha inundado casi todo el panorama de la docencia musical española. Cuando un profesor ocupa una cátedra en comisión de servicio, deja una vacante en un conservatorio profesional. Ésta vacante es cubierta por un profesor interino que no cobra durante el verano, no acumula antigüedad y al que se le puede reducir la jornada a voluntad. «Si las cátedras saliesen a concurso, se produciría un incremento del coste del Conservatorio, por ello no parece existir el menor interés en ofertar las cátedras», apunta Martínez.
Asturias y Andalucía como intentos fallidos de convocar oposiciones
Rompiendo con este esquema, existen dos intentos de Comunidades Autónomas que quisieron ofertar cátedras: Andalucía y Asturias. En ésta última se han convocado 44 plazas de catedrático en las que exigen a los profesores competencias propias del puesto como estar doctorados, llevar a cabo labores de investigación o acceder con título de Licenciado habiendo realizado cursos con créditos reconocidos. Todo esto basándose en la Ley de Reforma Universitaria que, a su vez, no es aplicable a las enseñanzas musicales. Finalmente, los sindicatos en Asturias consiguieron paralizar el proceso ante los tribunales y en Andalucía el proceso fue cancelado por completo.
Convocatoria de oposiciones en 2016
La Comunitat Valenciana, por su parte, ha convocado 34 plazas de cátedra para los conservatorios superiores y 44 plazas para los conservatorios profesionales. Murcia también se apunta a la renovación y convocará tantas plazas como se queden vacantes después de las jubilaciones. Esta es la primera vez que se convocarán oposiciones desde hace 25 años dentro de un panorama institucional totalmente nuevo.
En la Comunidad de Madrid todavía no tienen pensado convocar acceso a cátedra, pero con el temario ya publicado en el BOE, es posible que se convoquen pronto, todo depende de la Administración.
Músicos con exigencias universitarias
En los conservatorios de música se encuentran desconcertados ya que el nivel educativo que se suele exigir para las enseñanzas musicales no incluye estos requisitos. Cuando se convoquen oposiciones, los docentes en comisión de servicios se verán desplazados a sus centros de origen y los interinos que les sustituyen hoy en día se quedarán sin trabajo. ¿Es esta la solución? «Es necesario evolucionar y estos cambios que ahora resultan traumáticos seguramente tendrán consecuencias positivas a largo plazo» explica Pliego.
El nivel educativo que se suele exigir para las enseñanzas musicales no incluye requisitos universitarios
La idea de la educación musical como enseñanzas teóricas impartidas por doctores universitarios escandaliza a los músicos. «El problema es que la música suena, y éstas cátedras van a obtenerlas personas que no tocan, sin generalizar. Pero no se puede dar clase de música sin haber tocado en la vida un instrumento» explica Rafael Marzo, profesor de piano con plaza fija en el Centro. «Sería una aberración que personas, simplemente por ser doctores, tengan la capacidad para impartir un grado superior por encima de las personas que llevan hasta treinta años impartiendo ese nivel educativo.» añade de nuevo Martínez. Y es que, el perfil de un estudiante universitario es, hoy en día, muy distinto al del estudiante de música.
Esta situación podría extrapolarse en unos años al RCSMM y a los otros 22 conservatorios españoles. Lo que parecía una solución para reafirmar las plantillas de los conservatorios supone ahora un problema. Los más pesimistas predicen una migración de estudiantes a las universidades en vista de la pasividad de los conservatorios. La sensación general en el Conservatorio de Atocha es de incertidumbre y, sobre todo, de pasividad. Los alumnos y profesores tendrán que esperar a ver cómo se desarrolla el sistema en los conservatorios pioneros.