¿Qué pasaría en España si las elecciones generales se celebraran un día laborable? Cuesta imaginarlo. En EEUU, desde 1845 y cada cuatro años, los ciudadanos acuden el primer martes después del primer lunes de noviembre a votar. Se eligió ese día porque muchos de los votantes no podían viajar en sábado y domingo por motivos religiosos. También porque noviembre ya habían finalizado las cosechas. A pesar de varios intentos, nadie ha podido cambiar esta ley.
A la celebración de las elecciones en un día laborable se le achaca la alta abstención
La celebración de los comicios en un día laborable es la principal causa de la alta abstención. En las presidenciales de 2012, sólo votó el 55% de los electores, un total de 129 millones de personas. Otro elemento diferencial de estas elecciones es la obligación que existe en todos los estados -menos en Dakota del Norte- de registrarse con anterioridad para ejercer el derecho al voto. Esto tiene dos efectos, el de favorecer la abstención y el de poder pronosticar con antelación cuántas personas tienen intención de acudir a votar.
Una voluntad que nunca se corresponde con el resultado final. Antes de las elecciones que revalidaron a Barack Obama en el despacho Oval, Barack Obama, 235,2 millones de estadounidenses (de una población total de 318,9 millones) se inscribieron para votar. Las obligaciones diarias, el descontento o las largas colas, entre otras razones, hicieron que el 45% de esos electores no acudieran a los colegios electorales aquel día.
Cada estado tiene sus reglas
En EEUU no existen las mismas obligaciones para los votantes en todos los estados. Cada uno tiene sus propias leyes. Esta situación va a tener mucha relevancia el próximo martes debido a que catorce estados han endurecido sus normas. Esta circunstancia, junto con las acusaciones de un presunto amaño de los comicios para dar la victoria a la demócrata Hillary Clinton vertidas por el candidato republicano, Donald Trump, han puesto en alerta a las asociaciones de protección del derecho al voto.
El sistema de voto no está unificado y cada estado tiene sus reglas
Y es que, al contrario de lo que pueda parecer, han sido los estados de mayoría republicana como Texas, Arizona o Alabama los que, bajo el pretexto de evitar el fraude electoral, han cambiado las reglas para tratar de dificultar el sufragio a las minorías, sobre todo a latinos y afroamericanos, según ha denunciado el Comité de Abogados por los Derechos Civiles. Las más polémicas son las nuevas obligaciones de identificación personal de los votantes, como la necesidad de probar la ciudadanía o la de presentar un documento con foto.
Los ciudadanos de EEUU no tienen DNI y, en la mayoría de los estados, no están obligados a demostrar su identidad al votar como sucede en España. Esto lo hacen en el momento de registrarse con el carnet de conducir, el número de la seguridad social o el pasaporte, entre otros documentos válidos. El día de los comicios, los responsables de los colegios electorales sólo comprueban que el aspecto de su firma corresponde con la rúbrica que dejaron allí la primera vez que se inscribieron para votar. Si no se cambian de domicilio, no tienen necesidad de volver a registrarse.
Las nuevas restricciones
Los cambios que amenazan ahora con despistar a miles de ciudadanos comenzaron en 2013 gracias al fallo del Tribunal Supremo -de mayoría conservadora- en el caso del condado de Shelby contra Holder. El tribunal anuló la cláusula del ‘Acta de Derecho al Voto’ de 1965 que obligaba a los estados con pasado de discriminación racial a pedir permiso al Gobierno Federal antes de cambiar las leyes de sufragio. De esta manera, se permitió aumentar el control sobre los votantes.
El Departamento de Justicia aumentará la vigilancia, ya que 14 estados estrenan nuevas reglas
Pero también hay una novedad que está dando mucho que hablar. La prohibición en 18 estados de tomarse un “selfie” mostrando la pantalla con la elección y compartirlo en las redes sociales. El actor y cantante Justin Timberlake fue el primero en saltarse esta ley al tomarse una fotografía votando y subirla a Instagram animando a los electores a votar en el estado de Tennesse. Por su acción se puede enfrentar a una pena de 30 días de cárcel y 50 dólares de multa.
Timberlake ejerció su derecho al llamado “early vote” (voto anticipado), que sólo está vigente en 27 estados. Más de 33 millones de ciudadanos han depositado ya su voto, según datos recogidos por 'United States Elections Project', a fecha de ayer. También existe la posibilidad de ejercer el sufragio por correo y por 'email' en todos los estados, con la única excepción de Connecticut. Los estadounidenses votan en unas máquina electrónicas de escaneo óptico, que nada tiene que ver con las tradicionales papeletas que se utilizan en España y que, en elecciones anteriores, han generado problemas o errores, que alimentaron las sospechas de manipulación. Este año, las autoridades estadounidenses temen han alertado del posible hackeo de los resultados o de los registros electrónicos para votar.
Sistema indirecto
Todo este procedimiento está marcado por el sistema de elección indirecta del presidente. Los ciudadanos no votan al candidato de forma directa, sino a los compromisarios o electores de cada estado que emitirán los votos electorales en su nombre. Cada territorio cuenta con un número de votos electorales según el número de habitantes. California, con 55, y Florida y Nueva York, con 29, respectivamente son los que más tienen y los más importantes para conquistar la Casa Blanca.
El sistema de elección indirecta del presidente puede hacer que el ganador no sea el que más votos obtiene
En total, son 538 votos electorales y gana el candidato que obtiene 270. La mayoría de los estados conceden sus votos electorales al candidato que gana los votos populares. Aunque ha habido excepciones como la que en 2000 dio la victoria a George W. Bush frente a Al Gore, al adjudicarle Florida en el recuento, a pesar de que el demócrata obtuvo 450.000 votos más.
En caso de empate, el Congreso sería el encargado de elegir al presidente. Esta situación sólo se ha dado dos veces en la historia. En 1801, entre Thomas Jefferson y Aaron Burr; y en 1825, entre John Quincy Adams y Andrew Jackson. Los dos primeros se alzaron con la victoria.
Por último, en las presidenciales estadounidenses no existe la jornada de reflexión y los candidatos pueden hacer campaña hasta el último minuto. El lunes por la noche, Trump dará su último mitin en la localidad de Manchester (New Hampshire) en un auditorio con capacidad para 11.500 personas. Clinton, por su parte, cerrará la carrera en Filadelfia junto a su marido, Bill Clinton, su hija, Chelsea Clinton, y los Obama.