bez
Premio Periodismo
Educación Economía Política Medio ambiente Sanidad Tecnología Empleo Igualdad
 
 
bez
Educación Economía Política Medio ambiente Sanidad Tecnología Empleo Igualdad

Versión web
Los controles débiles acaban por permitir estas estafas
29 de noviembre de 2016

Anatomía del defraudador: hombres, directivos, con más de seis años en la empresa

M. H.@ @montsehid montse.hidalgo@bez.es

#Corrupción
#Empresas
 
PIXABAY

El fraude es un problema creciente con potencial para dañar reputaciones, costar millones y arruinar vidas. Tan demoledor fenómeno ha ganado presencia durante los últimos años, en buena parte gracias a que las barreras internas que las corporaciones -víctimas del mismo- se quedan cortas ante el constante perfeccionamiento las habilidades de los defraudadores. Así lo revela el informe Global Profiles of the Fraudster, realizado por KPMG a partir del análisis de 750 casos de fraude en 78 países.

El fraude es un problema creciente con potencial para dañar reputaciones, costar millones y arruinar vidas. Tan demoledor fenómeno ha ganado presencia e impacto durante los últimos años, en buena parte gracias a que las barreras internas que las corporaciones -víctimas del mismo- se quedan cortas ante el constante perfeccionamiento las habilidades de los defraudadores. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del informe Global Profiles of the Fraudster, realizado por KPMG Forensic a partir del análisis de 750 casos de fraude investigados en 78 países.

Defraudan, sobre todo, hombres. Aunque el número de mujeres ha ido en aumento en relación con los datos recabados por KPMG en 2010, en un 80% de los casos analizados en la última encuesta los conspiradores eran de género masculino. La autoestima es otra característica de gran prevalencia entre quienes cometen estos engaños. Por lo general, se consideran respetados dentro de la sociedad en la que se mueven y su sensación de superioridad se eleva por encima de su capacidad para sentir miedo.

La fidelidad tampoco cuenta a la hora del timo. El colectivo más dispuesto a traicionar la confianza de las corporaciones es el de quienes llevan más de seis años a su servicio, que protagonizaron más de un tercio de los fraudes. Otro tercio de ellos se concentra además en las categorías superiores dentro de la jerarquía empresarial: el 34% de los defraudadores fueron directores ejecutivos y consejeros. Auditorías internas, gerentes suspicaces, procesos antifraude y demás controles acaban siendo evadidos por los estafadores, que lejos del mito del lobo solitario, se ven más inclinados a actuar en grupo, para coordinarse mejor en la tarea de evadir los controles establecidos. Además, cuando estas malintencionadas asociaciones superan las cinco personas, su capacidad de dañar financieramente a las empresas se eleva.

¿Por qué fallan los remedios? Según KPMG estos controles, que tendrían que ser efectivos, se debilitan porque están mal diseñados y acaban siendo incumplidos por los empleados que tendrían que efectuarlos. Así ocurrió en un 61% de los casos de estudio, mientras que entre las demás negligencias que abrieron las puertas a los defraudadores destacan la “deshonestidad imprudente e independiente de los controles” y los “complots” que los sortean sin importar lo bien dispuestos que estén.

Crisis y globalización

Entre las claves de la efectividad de este colectivo a la hora de sortear los controles está, claro, la crisis económica. Según el estudio de KPMG el fraude se está incrementando en los países que se encuentran más cortos de recursos, como Grecia o Italia, y dentro de ellos, en los sectores más castigados, como la energía. Cuando una economía se desacelera, no es inusual descubrir fraudes que se han venido ejecutando durante los periodos de bonanza, mientras los controles no se aplicaban con tanta rigidez. Además, la búsqueda de mejores pastos empresariales, lleva a muchas compañías a establecerse en países donde las oportunidades de negocio son tan altas como la corrupción reinante.

La tecnología tampoco está facilitando las cosas: la amenaza emergente más citada en las oficinas de KPMG alrededor del mundo es el ciber fraude, aunque curiosamente, muchas compañías conocen la amenaza pero no creen que vayan a caer en sus fauces. La encuesta revela que los principales objetivos de este tipo de estafadores son el robo de datos personales, propiedad intelectual, correos electrónicos de altos cargos, acceso a datos estratégicos de la compañía y denegación de servicios. “Muchas compañías carecen de las competencias necesarias para defenderse del ciber fraude, por eso son necesarios controles internos y análisis de datos”, explica Kevvie Fowler, líder de ciber respuesta en KPMG de Canadá.

Estafadores ‘intocables’

Por otra parte, una buena dosis de vigilancia y auditorías tampoco es la panacea. Un 21% de los defraudadores sencillamente ignoraron los controles y siguieron adelante con sus conjuras. “Siempre habrá alguien que se la juegue, aunque los controles sean rígidos”, explica el informe. Esto ocurre, en ocasiones, debido a que el defraudador no percibe el riesgo en que se encuentra porque ocupa un cargo de alta responsabilidad y se siente capaz de doblar las normas en su beneficio.

Pero, ¿porqué? La avaricia es la reina entre los motivos que empujaron a estos empleados senior con cargo de directores ejecutivos y sólido amor propio a ejecutar el fraude. Al ánimo de lucro, que motivó un 66% de las estafas, le siguen de lejos el despreocupado “porque puedo” (27%) y el preocupante “es la cultura de la empresa” (13%). La lista la completan la lucha por conseguir incentivos, conservar el propio puesto de trabajo y el casi honorable “proteger a la compañía”.

 

NOTICIAS RELACIONADAS

Hacienda pierde efectivos en la lucha contra el fraude y la evasión fiscal
La Agencia Tributaria registra Google por sospechas de evasión fiscal y fraude

NOTICIAS DE PORTADA

Puedes navegar por el archivo de bez.es
   

bez.es el medio para quienes toman decisiones

  • Licencia de Creative Commons Lo que debes saber by bez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
  • Aviso legal Política de privacidad Política de cookies
  • Nos puedes escribir a: bez@bez.es
    Nos encuentras en: C/ Gran Vía 16, 4 izda. - 28013 Madrid
Publicidad: publicidad@bez.es
Nos puedes escribir a: bez@bez.es
Nos encuentras en: C/ Gran Vía 16, 4 izda. - 28013 Madrid