Pero, ¿contiene este nuevo acuerdo auténticas garantías? Gran cantidad de nuestros datos personales, merced a los servicios de correo electrónico, redes sociales o servicios en la nube, entre muchos otros, están en servidores ubicados en los Estados Unidos y son propiedad de compañías norteamericanas. Pues todos estos datos han estado sujetos a espionajes y recolección en masa por parte de las autoridades estadounidenses, según desveló en su día Edward Snowden. Esto no debería de haber sucedido; no sólo porque lo prohíbe la legislación europea sino que va contra los derechos fundamentales recogidos en la Carta Europea de Derechos Humanos. Y contra el acuerdo que en aquel momento regulaba esas transferencias: Safe Harbor o Puerto Seguro, que decía que Estados Unidos debía de tratar a los datos personales europeos con garantías equivalentes a las que tendrían en Europa.
Sin embargo la Comisión Europea, responsable de garantizar que ese acuerdo se cumpliera, no tomó medida alguna. Hasta que una denuncia del activista Max Schrems hizo que el Tribunal de Justicia de la UE anulase en bloque el Safe Harbor y que determinase que la Comisión Europea no había actuado con la diligencia debida protegiendo los derechos de los europeos.
El nuevo acuerdo, que inicia ahora los trámites, se llama “Privacy Shield” y, según la Comisión Europea, recoge nuevas garantías y mayores salvaguardias de que se respetarán los derechos fundamentales de los europeos.
Diferencias legales en EEUU
Uno de los problemas es el desfase entre las legislaciones de EEUU y Europa. Mientras que la Unión Europea y sus Estados miembros tienen una legislación más garantista, los Estados Unidos se rigen por la “Privacy Act” de 1974, una ley que se ha quedado algo anticuada. Además, todas las medidas aprobadas después del 11-S, han relegado a la privacidad a un segundo plano en favor de la seguridad. “La privacidad es uno de los derechos más amenazados en esta era de Internet” –explica el europarlamentario Juan Fernando López Aguilar- “y lo hemos hecho valer en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (denominada “Líber”), especialmente ante los Estados Unidos”. Fue el Parlamento Europeo, recuerda López Aguilar, quien más investigo los abusos cometidos en los espionajes indiscriminados de la NSA. Y quien se anticipó al Tribunal de Justicia de la Unión a la hora de pedir que se anulase Safe Harbor. "En Europa somos una sociedad menos obsesionada con la seguridad y nuestros ciudadanos no han aceptado rebajar sus derechos de la manera en la que sí estaban dispuestos los estadounidenses"

La privacidad es uno de los derechos más amenazados en esta era de Internet

Juan Fernando López Aguilar
Eurodiputado socialista
¿Hay cambio entonces? El presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad, Ricard Martínez cree que, por lo menos, lo hay de matiz: “La firma del acuerdo está ligada (y eso es muy interesante) a que los Estados Unidos reformen su propia legislación, la Privacy Act y también se va a reformar una de las leyes que permiten espiarnos, la FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act) de 1978".
Defensor y derecho a recurso judicial en los EEUU
López Aguilar señala que, además, se introduce otro factor muy importante: El nuevo acuerdo establece que los europeos podrán acudir a los tribunales estadounidenses para defenderse de lo que consideren vulneraciones de sus derechos y que ese recurso legal será gratuito. “Es una reciprocidad que no existía antes y un avance considerable”. Según el eurodiputado socialista, Privacy Shield obliga a los Estados Unidos a ser “mucho más transparentes”
En el caso de que la queja sea contra las autoridades estadounidenses, como la policía o los servicios de Inteligencia, el “Privacy Shield establece que los EEUU establecerán la figura de un “Defensor”, independiente de las agencias de seguridad, que podrá trasladar las quejas de los europeos e investigar posibles abusos. “Parece que este defensor estaría ligado a la Secretaría de Estado (el equivalente de EEUU a nuestro Ministerio de Exteriores)”-expone López Aguilar- “ y se encargaría por velar que no se cometieran excesos en las vigilancias de datos por motivos de seguridad nacional”.
¿Garantiza o rebaja derechos?
Pero activistas de la privacidad y eurodiputados ya han expresado fuertes críticas a este acuerdo que, según su punto de vista, rebaja los derechos de los europeos al nivel de los estadounidenses en lugar de mantener el nivel de protección que existe en Europa. Según declaró el europarlamentario alemán de los verdes, Jan Philipp Albrecht: "los estadounidenses nos dan su palabra de boy scout de que no nos van espiar, pero seguirán sin cambiar su legislación sobre el tema" y añadió: "este acuerdo es un nuevo Safe Harbor maquillado". López Aguilar es bastante más cauteloso. “Es pronto para poder hacer una valoración tan rotunda. Este acuerdo tiene diferencias importantes y está condicionado a cambios legales profundos, incluso en España. El Parlamento Europeo, además, tiene que darle el visto bueno para pasar y hemos sido siempre especialmente vigilantes en la salvaguardia de los derechos fundamentales”. Además, añade López Aguilar, el acuerdo no puede entrar en vigor si los estadounidenses no cambian su propia legislación.
Los derechos fundamentales no pueden tener como única garantía la firma de un cargo estadounidense
Ricard Martínez es igualmente cauteloso: “Yo entiendo que digan que equiparan derechos, pero no tengo tan claro si rebaja los derechos de los europeos al nivel de los estadounidenses o realmente da la protección equivalente que no se dio con Safe Harbor. Es pronto aún para determinarlo y hace falta estudiarlo más”.
Expertos consultados por bez.es han expresado su inquietud porque todo este acuerdo dependa de firmas de cargos ejecutivos y tenga poco control parlamentario, dado que es una cuestión de derechos fundamentales y éstos “no pueden estar garantizados por la firma de un cargo ejecutivo en una carta a la Comisión”.