Cuando un país se cierra, se cierran también negocios y sectores. El caso reciente de Rusia, sancionado por la comunidad internacional por la invasión de Crimea y la intervención en Ucrania, lo demuestra. Al revés, cuando un país se abre, se multiplican las oportunidades de negocio para aquellos países -y empresas- que sepan identificar necesidades y negocio. España trata de hacerlo en Irán. El acuerdo alcanzado por Irán con Occidente en torno al desarrollo de la energía nuclear abre la posibilidad de que se firmen jugosos contratos en sectores clave como la energía.
La delegación que España ha enviado a Irán antes de que se levanten las sanciones impuestas, sabe que el país de los ayatolás tiene necesidad de remozar las infraestructuras ferroviarias, necesita extender el transporte público y precisa, entre otras cosas, maquinaria agrícola y para la minería. Tras ministros, el de Exteriores José Manuel García-Margallo, el de Industria, José Manuel Soria y de Fomento, Ana Pastor, son los encargados de abrir el camino a negociaciones posteriores. Son oportunidades perfectamente identificadas por el Instituto de Comercio Exterior (Icex).
Oportunidades en energía
Pero hay un área especialmente atractiva, el de la energía, en el que España tiene buenas oportunidades. Así se desprende de las declaraciones realizadas por el Ministro de Petróleo iraní Bijan Zanganeh y de las que se hizo eco el diario The Jerusalem Post, según detalló la agencia Reuters. Israel está muy pendiente de los acontecimientos, tanto políticos como económicos, en Irán,e un país del que es enemigo declarado. Por eso no han pasado desapercibidas las declaraciones del ministro iraní acerca de la intención de Irán de aprovechar las infraestructuras españolas para llevar gas a la UE. Europa depende en más de un 30% del gas ruso, por lo que cualquier circunstancia, como el posible recrudecimiento del conflicto en Ucrania, puede suponer muchas dificultades para el suministro.

España es el país europeo con más plantas de regasificación

Irán carece de instalaciones y plantas gasistas capaces de convertir el gas en líquido (GNL), comprimíéndolo y congelándolo para trasnportarlo por mar. Pero sabe que España es el país europeo con más plantas de regasificación, capaces de volver a transformar el gas licuado en gas para llevarlo por gasoducto allí donde hace falta, es decir, Europa. Por eso ha abierto la posibilidad de negociar por boca de su ministro de petróleo. El Ministerio de Industria español, no comentó la posibilidad.
Quien sí realizó declaraciones fue el ministro de Exteriores. García-Margalló aseguró que espera aumentar las importaciones de Irán hasta el entorno del 14%. Según Sedigas, con los últimos datos disponibles, España recibe gas de 11 mercados distintos, encabezados por Argelia (51%), Países del Golfo (12%), Nigeria (10%), Trinidad & Tobago (6%), y Perú y Noruega, con un 4%, principalmente. El gas llega a través de siete plantas regasificadoras (en Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía) y mediante 6 gasoductos —dos con el Magreb, dos con Francia y dos con Portugal—.
Esta es la gran baza que espera jugar España. La crisis ruso-ucraniana es una oportunidad para reforzar su papel en el mapa geoestratégico europeo en cuatro ejes: Mediterráneo, Atlántico, este de Europa y Francia. España cuenta con una capacidad de conexión de gas con Europa de 5,2 bcm (mil millones de metros cúbicos al año), que en 2016 se incrementarán en otros 1,9 bcm cuando finalice el proyecto Irún-Biriatou.