El tráfico de influencias en las universidades españolas siempre ha sido una cuestión más relacionada con las habladurías y los comentarios que motivo de sanción o inhabilitación de las personas que los cometen. Un estudio europeo elaborado por la plataforma de encuestas YouGov y la empresa cazatalentos Milata KG pone por primera vez negro sobre blanco respecto a esta realidad que se desarrolla en un ámbito cerrado, pero que daña el desarrollo educativo de un país y la proyección laboral de sus estudiantes.
De los diez países analizados, España (170 puntos, de una valoración de mejor a peor de entre 0 y 500 puntos) aparece como líder en corruptelas cometidas dentro de las universidades por delante de Italia (145 puntos) Rumanía (139) o la República Checa 127). "Desde la perspectiva de un experto en recursos humanos, los resultados españoles indican que los candidatos que se graduaron de una universidad española tendrán que pasar un control más exhaustivo para conseguir un trabajo que las personas que han estudiado en otros países", explica a bez.es el director general de Milata KG, Paul Milata, y responsable del informe elaborado con las opiniones de 5.271 graduados universitarios, 518 de ellos españoles, la muestra más abultada (véase gráfico adjunto de los resultados del estudio sobre irregularidades en las universidades europeas, elaborado por YouGov y Milata KG).
El 46% de los estudiantes universitarios españoles reconoce haber sido testigo de cómo un alumno recibía un aprobado por su relación personal con el profesor o con la dirección docente de la facultad donde estudian. El 29% de los encuestados dice que estas prácticas se produjeron en la concesión de títulos de doctorado.
El 37% de los universitarios españoles detecta irregularidades en la contratación del profesorado
Otra de las situaciones analizadas son los procesos de contratación del personal docente, donde el 37% de los encuestados denuncia irregularidades en las contrataciones del profesorado. Además, el 32% de los universitarios recuerda casos de irregularidades en los procesos de admisión de los alumnos; el 8% de estos señala haber tenido conocimiento de más de cuatro casos de favoritismo en las inscripciones para acceder a las distintas carreras. Estas cinco situaciones son las que ha analizado el estudio, donde España obtiene las peores puntuaciones en tres de las cinco categorías. En concreto, suspende en los apartados de concesiones de licenciaturas y doctorados, y en la selección del profesorado.
"España debe centrarse en mejorar estas tres categorías. Pero lo más urgente sería solucionar el problema de la contratación de los docentes, lo que requeriría analizar al personal académico existente y establecer unos procedimientos de contratación más rigurosos", recomienda Milata. El estudio califica estas prácticas como "corrupción académica", ya que todas ellas están basadas en criterios diferentes a los académicos como pueden ser sobornos, regalos, lazos familiares, intereses políticos o personales, o, incluso, la omisión voluntaria de la supervisión de un alumno durante un examen.
El estudio reduce la brecha entre Europa occidental y oriental
Este informe pionero revela que la brecha de las irregularidades entre las universidades de Europa occidental y oriental no es tan amplia como se pensaba. Aunque los niveles de negligencias en las universidades de los diez países europeos seleccionados han alcanzado proporciones graves y se presenta como endémica, concluye el informe.
Reino Unido (44 puntos) y Suecia (63) son los países analizados que registran menores niveles de irregularidades en sus facultades. Detrás de ellos, se sitúan en el ranking Francia (86), Polonia (88), Hungría (107), Alemania (115) y República Checa (127). Los tres últimos de la cola son Rumania (139), Italia (145) y España (170).
Los responsables de recursos humanos revisarán dónde han estudiado los candidatos a un puesto de trabajo
El problema más común dentro de la lista de situaciones de "corrupción universitaria" analizadas, mencionado por el 32% del total de encuestados, son las irregularidades en la puntuación de los exámenes de los alumnos. El más bajo (11%) lo ostenta la concesión de doctorados. Las posiciones centrales las ocupan las negligencias cometidas en el acceso de los alumnos a los estudios universitarios (24,5%), la contratación de personal académico (23%) y la asignación de diplomas (18%).
"En el entorno laboral, los empleadores van a intensificar los controles sobre los antecedentes de los solicitantes procedentes de los países con mayores problemas en las universidades", explica Milata. El experto destaca que la "corrupción académica" necesita ser definida porque "no sólo consiste en sobornos".
El estudio también detecta que las mujeres (20%) son menos propensas que los hombres (24%) a percatarse de las irregularidades que se comenten a su alrededor cuando asisten a la universidad. Una situación que se agrava en España, donde el 40% de los hombres encuestados observaron negligencias, pero sólo el 29% de las universitarias notaron estas prácticas.