El retroceso que desde 2008 venía experimentando la industria cinematográfica española se agudizó en 2013, en gran medida como consecuencia de la subida del IVA cultural el año anterior. Sin embargo, 2014 representó un punto de inflexión. A excepción del número de pantallas (que continuó su descenso), la mayoría de los indicadores mostraron una tendencia positiva para el cine nacional: aumentó el número de espectadores en más de 10 millones, la recaudación y la cuota de mercado prácticamente se duplicaron -alcanzando niveles históricos gracias al éxito de unos pocos largometrajes- y Ocho apellidos vascos se convirtió en la película española más taquillera de la historia.
Cabe destacar que en los últimos años y a pesar de la difícil coyuntura, el nivel de producción no ha decaído, por el contrario -como también ocurre en otros sectores culturales- la crisis parece haber reforzado el impulso creativo.
Aunque 2014 supuso un cambio favorable respecto al período anterior, el Anuario SGAE 2015 concluyó que dicho crecimiento no era suficiente para recuperar el terreno perdido en la etapa previa. “Esas estadísticas se deben al azar de que coincidieran buenas y populares películas en un mismo año. Y una industria no puede basarse en el capricho de las casualidades afortunadas. No se puede cantar victoria cuando falta tanto para que el cine español goce de buena salud, porque hacer cine sigue siendo un asunto heroico”, afirma Eva Díaz, periodista cultural de El Mundo, en el citado informe.
Sin embargo, desde la Academia de Cine se adopta una posición algo más optimista, afirmando que se ha roto la tendencia negativa de los años precedentes.
Fuente: Informe sobre el Estado de la Cultura en España 2016
Tendencia a la polarización
El Informe sobre el Estado de la Cultura en España 2016, realizado por la Fundación Alternativas, señala “una importante concentración de espectadores y recaudación en pocos títulos”, un hecho confirmado por más de un centenar de profesionales del sector, reunidos el pasado mes de marzo en el marco de las Nuevas Conversaciones de Cine Español en Salamanca.
La recaudación anual se concentra, cada vez más, en unos pocos títulos en detrimento de las pequeñas producciones
“Nuestra actual industria cinematográfica se ha polarizado en exceso, dividida entre un cine de grandes presupuestos y enorme capacidad promocional al que acceden un grupo muy limitado de proyectos y autores y una multitud de pequeñas producciones con presupuestos mínimos, realizadas en condiciones precarias y con nulas posibilidades de promoción. En el camino se han quedado las producciones de presupuesto medio que son las que crean tejido industrial”. Un ejemplo de ello es que el 82% de los ingresos del cine nacional en 2014, lo acapararon solo cinco películas.
Aunque la producción crece, también lo hace el número de cintas que no pueden estrenarse por no encontrar canales de exhibición. Así, se estima que una de cada tres películas rodadas no lo consigue.
¿Desencantados o disociados?
El número de espectadores en las salas de cine (tanto para películas nacionales como internacionales) cayó desde 2003 hasta 2013. Aunque 2014 también supuso un cambio positivo en este sentido -con 11 millones más de espectadores-, a pesar del crecimiento sigue siendo la cifra de espectadores más baja desde el año 1993 -exceptuando el ejercicio 2013-, según el Anuario SGAE 2015.
Evolución del número de espectadores.1968-2014
Entre las razones de este hecho podrían encontrarse el surgimiento de otros canales para el consumo de cine (como las plataformas digitales), la piratería, la crisis económica o incluso el descontento de una parte del público con la oferta. Como afirma Eva Díaz: “La dictadura de los blocksbusters en centros comerciales es una tendencia que ha condenado a la desaparición obligada de un tipo de público, como en cierto modo ha hecho parte de la industria editorial al respaldar solo a autores de libros para gente que no lee.”
¿Conectados? Internet y proyección exterior
Aunque la recaudación por alquiler, venta y suscripciones en la red ha crecido de forma significativa (hasta los 38 millones de euros en 2014), el mercado legal en Internet sigue siendo mínimo, mientras que la piratería continúa menoscabando al sector. Por esta razón, la SGAE prevé que el medio “sufrirá un cambio radical en su modelo de negocio, debido a la gran oferta de plataformas”. Esta adaptación a nuevas formas de distribución y consumo es un reto que, junto a la adaptación al entorno digital (cuestión en la que España evoluciona favorablemente, con la expansión de las pantallas digitales) completan la adecuación al panorama tecnológico.
El cine español se adapta al nuevo entorno digital, pero sigue fallando en su proyección exterior
Sin embargo, ni la era digital (y la consecuente globalización) ha logrado que el cine español supere una asignatura pendiente: su proyección exterior. Como señala el informe de la Fundación Alternativas, la reducción de los costes hace que la internacionalización del sector “se haga cada vez más difícil”. Esta escasa presencia internacional es una característica compartida con otras industrias culturales como la música.
En cuanto a cooperación, a pesar de casos de éxito como el Programa Ibermedia (creado para potenciar el cine iberoamericano) o las iniciativas europeas ( Europa Creativa), existen carencias importantes. Las barreras comerciales con Latinoamérica y las culturales (sobre todo lingüísticas) con Europa, son obstáculos que la industria debe sortear.
Un futuro incierto
Con la reforma el pasado año de la Ley de Cine, se introducen cambios en las ayudas que se otorguen a partir de 2017. Está por ver la efectividad de estas modificaciones.
El compromiso de las administraciones públicas, la creación de un Centro Nacional de Cinematografía, la diversificación de presupuestos y contenidos (a través de ayudas públicas e inversión privada), la defensa de los derechos de autor y la educación en cultura audiovisual desde la etapa escolar son algunas de las exigencias que emanan de las Nuevas Conversaciones de Salamanca. Desde allí aseguran que la cinematografía española “es rica en talento, en capacidad técnica y en ideas y debe garantizarse que llegue a nuestro público en las mejores condiciones”.