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Bruselas veta la venta de su filial en Reino Unido
11 de mayo de 2016

Telefónica pierde en Bruselas la batalla política por la venta de O2

Carlos Ribagorda @CRibagorda carlos.ribagorda@bez.es

#Empresas
#Economía
 
Tienda de O2
Tienda de O2
REUTERS/Luke MacGregor

La Comisión Europea ha anunciado este miércoles su decisión de prohibir la venta de la filial de Telefónica en Reino Unido, O2, a la china Hutchison Whampoa. Se trata del primer revés para el nuevo presidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete, que buscaba reducir el endeudamiento de la compañía. Pero sobre todo revela la fortaleza de la diplomacia británica -que ha presionado para que Bruselas vetara la operación- y la debilidad del Gobierno español.

Toca volver a empezar. Bruselas ha tumbado los planes de Telefónica de vender su filial británica O2 para reducir la deuda, que alcanza los 50.000 millones de euros a marzo de 2016. La operación -cerrada con Watchison Whampoa en febrero de 2015- suponía para la operadora española unos ingresos de 14.000 millones de euros, lo que hubiese dejado su ratio de endeudamiento en el 2,4% frente al 2,9% actual -deuda neta sobre el resultado operativo antes de amortizaciones-.

El objetivo del ex presidente de Telefónica, Césa Alierta, ratificado por el nuevo responsable de la operadora, José María Álvarez-Pallete, es alcanzar un ratio del 2,35% "para estar cómodos" desde un punto de vista financiero. Ahora, Pallete tendrá que afrontar su primera Junta de Accionistas este jueves con un plan alternativo para alcazar ese ratio de endeudamiento y que las agencias de calificación no modifiquen su valoración sobre la compañía -que les penalizaría con tipos de interés más altos-. 

La decisión, por tanto, supone un importante revés para la multinacional española. Pero, ¿por qué ha perdido esta batalla Telefónica? Pese a que Bruselas ha justificado el veto en que la operación de compra del segundo operardor móvil del país - O2, de Telefónica, 29,8% de cuota de mercado- por el cuarto operador -Three, marca de Watchison en Reino Unido, 14,2%- restaría competencia al mercado, provocaría una inmediata subida de precios al consumidor y una reducción de las inversiones de las empresas en mejorar la red, lo cierto es que ésta es solo una parte de la realidad.  

Ofensiva británica en Bruselas

Porque esta batalla empresarial ha tenido un componente político clave. Reino Unido estaba en contra de la operación y tanto su Gobierno como sus órganos reguladores han remado en la misma dirección hasta que se han salido con la suya. ¿Gobierno español? Sin noticias.

Como siempre ocurre con el Reino Unido, los argumentos en privado han girado en torno al nacionalismo inglés y a su pretensión de que los reguladores europeos no tienen nada que decir sobre una cuestión que afecta únicamente al mercado británico. Este 'sentimiento nacionalista' es todavía mayor ahora que está cerca la fecha de celebración del referéndum sobre la pertenencia del país a la Unión Europea, el famoso 'Brexit', el 23 de junio. 

"Con todo el Reino Unido en contra de la operación, si el regulador europeo hubiese dicho que la acepta, los partidarios del 'Brexit' hubiesen utilizado esta 'injerencia' como argumento político para hacer campaña", explica un experto del sector. "Ha habido una fuerte oposición por el papel de la Comisión Europea en este tema y David Cameron se ha movido en Bruselas para que no amenazara su posición", señala este experto.

Pero no solo Cameron. El director ejecutivo de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA, en inglés), Alex Chisholm, exigió por carta a la Comisión Europea en abril que prohibiera o condicionara fuertemente la operación. En la misiva, dirigida a la Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager -en la imagen-, señala que "creemos que está fusión generaría un impedimento significativo para una competencia efectiva en los mercados minorista y mayorista de las telecomunicaciones móviles en el Reino Unido". 

Más presión

El regulador británico exigía a Vestager que, en caso de aceptarla, obligara a Hutchison a vender el 100% de la red a otro operador. De lo contrario, "la única opción que le quedaría a la Comisión sería prohibir la operación", señala. Y por último: “Debe actuar para prevenir un daño a largo plazo al mercado británico de telecomunicaciones” y “a los intereses de los consumidores británicos”. 

Además del CMA, también el Ofcom, el regulador de telecomunicaciones de Reino Unido, envió un informe en contra de la operación. Además, su responsable, Sharon White, publicó en febrero un artículo en el prestigioso diario Financial Times que finalizaba así: "Queremos que los consumidores y las empresas británicas disfruten de precios justos y productos de vanguardia en los próximos años. Para ello, necesitamos una fuerte competencia". Nunca antes el Ofcom había publicado en prensa su opinión sobre una operación.

Esa "competencia" no pareció pesar mucho en enero, cuando el regulador aprobó "sin condiciones" la compra de Everything Everywhere -compañía móvil fruto de la fusión entre las filiales en Inglaterra de Orange y Deustsche Telecom- por parte de British Telecom, la telefónica de Reino Unido. Esa operación dejó más de un 40% del espectro radioeléctrico británico en manos de BT.  

"Entre la espada y la pared"

Con semejante ofensiva, no es de extrañar que la comisaria europea de Competencia se quejara en privado de encontrarse "entre la espada y la pared". Así lo reveló al menos el articulista Jeremy Warner el 9 de abril en un texto en el diario inglés The Telegraph.  

 
 
 
 
La comisaria europea de Competencia reconoció en privado que se encontraba "entre la espada y la pared", según un diario británico

La comisaria danesa ya vetó una operación de fusión entre Telia y Telenor en Dinamarca y se ha mostrado contraria a reducir de cuatro a tres los operadores en un mismo mercado, como implicaba la operación de Telefónica. Los argumentos son las citadas consecuencias que genera esa decisión: subida de precios, falta de competencia, menores inversiones. 

Sin embargo, algunos datos no apoyan esta versión. En Dinamarca, tanto Telia como Telenor han tenido que subir los precios desde que se vetó su fusión. Y en Austria las tarifas siguen bajando después de que se redujeran el número de operadores a tres. Además, como señalan desde O2, el mercado de las telecomunicaciones ha cambiado y ya no se puede analizar por separado el móvil, Intenet y la televisión. Ahora el cliente es común. 

 

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