Periscope, que acaba de celebrar su primer aniversario, presume de haber conseguido 10 millones de usuarios en sus primeros cuatro meses de vida y de superar los 200 millones de emisiones. A Kayvon Beykpour, uno de los fundadores, se le encendió la bombilla cuando se encontraba en Turquía en el verano de 2013. Las televisiones apenas tenían acceso a la plaza Takshim, donde ocurrían violentos enfrentamientos, y los cientos de vídeos que grababa la gente anónima con sus smartphones no podían emitirse en tiempo real. Beykpour creó la plataforma que lo hizo posible -bajo el eslogan “explorar el mundo a través de los ojos de otra persona”- y Twitter compró el invento por unos 76 millones de euros (nunca confirmados).
El vídeo es el formato preferido de los jóvenes por su fácil comprensión y su capacidad para contar historias
Que la compañía del pajarito se lanzara al mercado del vídeo no es casual. Un estudio reciente de la consultora The Cocktail Analisys realizado con 480 jóvenes de entre 18 y 30 años -los 2.000 millones de millenials que hay en el mundo representan el 32,8% de la población-, demuestra que el vídeo es el formato preferido de los jóvenes por su fácil comprensión y su capacidad para contar historias. Concretamente, el 59% de los encuestados utiliza YouTube a diario y un 66% está suscrito a varios canales. También confirma que Instagram es la red social de moda y la que más sube en número de usuarios -un 39% de millennials tiene un perfil en ella y la utiliza un 18% más que el resto de la población-, mientras que la relación entre los jóvenes y Twitter se va enfriando poco a poco porque los microblogging poco pueden hacer frente a la fuerza de las imágenes.
`Influencers´ audiovisuales
Hace tiempo que los principales influencers dejaron de ser los blogueros para pasar el testigo a los youtubers y los instagramers. Un reciente informe de Fashion Beauty Monitor, agencia especializada en recursos digitales, afirma que las marcas aumentarán este año un 59% su inversión en marketing influencers, lo que se traduce básicamente en fichar a personas que, previo pago, son capaces de publicitar sus productos entre un público objetivo y numeroso.
Todavía es pronto para hablar de la muerte de los egobloggers, pero ya son mucho los que se están reciclando en YouTube (mil millones de usuarios en el mundo, lo que supone un aumento de un 40% anual, desde 2014, de la cantidad de personas que visita YouTube diariamente) e Instagram (ocho millones de usuarios únicos y activos en España de los 400 millones que alberga una plataforma que mueve 80 millones de fotos y vídeos al día). Entre otras cosas, porque además de ser mucho más efectivo requiere menos trabajo.
El español Rubén Doblas Gundersen (ElRubius) es el youtuber en castellano con más suscriptores del planeta (17 millones)
Hace unos meses Forbes publicó la lista de los 10 youtubers que han conseguido más ingresos gracias a sus creaciones. Entre ellos, Felix Kjellberg (PewDiePie), un sueco de 25 años que ocupa el primer puesto del ránking (8,7 millones de euros anuales) y cuenta con 40 millones de suscriptores que siguen sus habilidades con los videojuegos. O Smosh (7,4 millones), una pareja de amigos de Sacramento que hacen dinero a costa de Pokémon. Pero también hay espacio para la comedia (Rhett & Link; 4 millones), los tutoriales de maquillaje (Michelle Phan; 2,6 millones) o de cupcakes (Rosanna Pansino; 2 millones). El español Rubén Doblas Gundersen (ElRubius), está a años luz de los miembros de esta lista, pero ser el youtuber en castellano con más suscriptores del planeta (17 millones) le ha permitido ser recibido en el Club Media Fest, el evento que reúne a los videocreadores más importantes de España y América Latina que se celebró la semana pasada en Colombia, como si fuera el cantante de una big band.
En la era de la imagen, un vídeo vale más que mil palabras. ¿Quién lee la receta de una paella cuando puede ver a un cocinero hacerla? Los creadores de MasterClass han ido más allá y han ideado un sistema de enseñanza online con los mejores profesores imaginables. Por el módico precio de 78 euros, puedes recibir videoclases de interpretación de Kevin Spacey o Dustin Hoffman, de tenis de Serena Williams, de fotografía de Annie Leibovitz o de canto de Christina Aguilera. Que aprendas no está garantizado.